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Marchando un piso en Gràcia y una ración de vermut

Descubre por qué Gràcia, uno de los barrios más vibrantes de Barcelona, tiene una oferta inmobiliaria tan limitada y qué hace que vivir aquí sea tan especial. Explora las razones detrás de la escasez de viviendas en Gràcia y sumérgete en un recorrido por algunas de las vermuterías más emblemáticas del barrio. ¡Prepárate para que te entre el hambre, tanto por un piso como por hacer el vermut!

Marxant un pis a Gràcia i una ració de vermut

El barrio de Gràcia es uno de los barrios más vibrantes y con encanto de Barcelona, y no sorprende a nadie a estas alturas, que sea una de las zonas más demandadas tanto para alquiler como para la compra de vivienda.

Solo el año pasado se vendieron 936 viviendas de segunda mano en Gràcia. En los datos públicos del Ayuntamiento de Barcelona sobre la oferta de viviendas de segunda mano en venta en Barcelona durante el 2023, vemos cómo el precio por metro cuadrado se sitúa actualmente en 4.649 € / m2. Si quieres consultar la evolución del precio por metro cuadrado en Barcelona, hazlo en estas tablas sobre las compraventas de viviendas registradas y el precio de venta en Barcelona desde el año 2013. Verás que el máximo histórico lo tenemos en el año 2019, en 4.867 € / m2… el barrio es lo que es, y la oferta de inmuebles es muy limitada.

¿Por qué hay tan poca oferta de vivienda en Gràcia? ¡Analicémoslo!

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Gràcia ofrece un alto nivel de calidad de vida, con una amplia y variada oferta de servicios, comercios de proximidad y una vibrante agenda cultural.

Vivir en Gràcia: poca oferta y mucha demanda de vivienda 

¿Por qué hay tan pocos propietarios que pongan en venta sus propiedades en el barrio de Gràcia? Apunto cinco razones principales:

Una de las razones, y creo que la más importante, es la alta satisfacción de los residentes en este barrio. Gràcia ofrece un alto nivel de calidad de vida, con una amplia y variada oferta de servicios, todo tipo de comercios de proximidad y una dinámica agenda cultural. Cabe mencionar especialmente sus plazas, donde la vida de barrio es un hervidero constante. El ambiente familiar y la fuerte identidad de barrio hacen que muchos residentes se sientan muy profundamente arraigados a la zona y no deseen mudarse a ninguna otra zona de Barcelona.

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Otra razón que explica la resistencia de los propietarios a vender su casa en Gràcia es la alta rentabilidad del alquiler: los precios de los alquileres en Gràcia son considerablemente altos porque la demanda de alquiler en este barrio es altísima en comparación con otros barrios de Barcelona. La alta rentabilidad de los alquileres en Gràcia es una sólida fuente de ingresos para sus propietarios quienes, por lo tanto, prefieren poner el piso para alquilar antes que venderlo.

También podemos señalar como motivo de la poca oferta y la mucha demanda de vivienda en Gràcia es que, como no se espera una bajada considerable de los precios de las viviendas, más bien lo contrario, los propietarios postergan la decisión de poner a la venta su inmueble a la espera de conseguir un mayor beneficio. La escasez de oferta en el mercado lógicamente juega un papel importante en esta expectativa de revalorización. 

Otro motivo radica en el hecho de que encontrar un piso en Gràcia adecuado para familias con hijos pequeños, gente mayor, personas con movilidad reducida o de otras necesidades específicas puede convertirse en un proceso muy complejo y de larga duración; los pisos en Gràcia suelen tener portales estrechos y pequeños, los edificios carecen de ascensor, y es raro encontrar viviendas con plaza de aparcamiento… por todo ello, el temor a no encontrar una alternativa satisfactoria a las necesidades concretas de las diferentes etapas de la vida, puede disuadir a algunos propietarios a cambiar de vivienda. Si seguimos este hilo, veremos que Gràcia es un barrio perfectamente adaptado a las necesidades del público joven, a quien no le importa subir varias plantas a pie, a menudo no tiene coche y además es un barrio muy atractivo por la cantidad de oferta lúdica y la dinámica vida cultural. Pero este es precisamente el segmento de la población con escasos recursos para acceder a los precios de los alquileres… y esto explica también la razón de que sea una de las zonas más tensionadas en Barcelona según este documento de la Generalitat de Catalunya sobre las zonas de mercado residencial tensionado.

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Gràcia hace que 'casa' sea un término mucho más amplio que nuestras cuatro paredes.

Y ya para terminar con algunos de los motivos que explican la poca oferta y la mucha demanda de vivienda en Gràcia, tenemos el factor emocional: para muchos propietarios, su vivienda en Gràcia no se reduce solo al aburrido término de activo inmobiliario, porque no podemos dejar de mencionar el enorme vínculo emocional con la familia, las tradiciones (Sant Medir, Las Fiestas de Gràcia, los gigantes, los correfocs...), la vida en las plazas, los vermuts, las películas en el Verdi... En definitiva, Gràcia hace que “casa” sea un término mucho más amplio que nuestras cuatro paredes.

En conclusión, la escasez de viviendas en venta o alquiler en Gràcia es un fenómeno complejo con diversas causas. La alta satisfacción de sus vecinos, la rentabilidad del alquiler, las expectativas de revalorización, las dificultades para encontrar vivienda ajustada a necesidades vitales específicas, y los factores emocionales (¡importantísimos!), son algunas de las razones que explican por qué Gràcia es un barrio tensionado por la poca oferta y la mucha demanda de vivienda.

Busco piso en Gràcia, ¿es un imposible?

No desesperemos. La situación del mercado inmobiliario es dinámica y puede cambiar con el tiempo. Si en efecto has decidido cambiar de vivienda o comprar tu primer piso en Gràcia, debes saber que la búsqueda no es fácil, y bien merece un buen paseo por sus hermosas plazas y calles.

Pero antes, pongámonos en contexto y hagamos un poco de historia. 

Un breve recorrido por la historia de Gràcia

Gràcia, en sus orígenes, era un territorio dependiente de Barcelona y escasamente poblado. Entre los siglos XVI y XVII, cerca de las masías existentes y aisladas, se instalaron tres conventos y una serie de torres construidas por la burguesía barcelonesa. Durante la primera mitad del siglo XIX, aquel pequeño núcleo agrícola se convirtió en el pueblo más importante del plano de Barcelona, gracias a su progresiva industrialización, aprovechando la disponibilidad de terrenos libres.

Gràcia se constituyó en municipio independiente en 1850, año en el que ya la denominada Vila de Gràcia tenía más de 13.000 habitantes. En 1877, solo 27 años después, la población se había casi triplicado, llegando a los 33.000 habitantes. La conveniencia de integrar la Vila de Gràcia a Barcelona se planteó cada vez con más fuerza, en paralelo con el desarrollo progresivo de la trama del plan Cerdà, entonces en plena expansión. Así, a partir de 1880 nacieron proyectos de interés común, como el del paseo de Gràcia, que unía la Vila con la gran ciudad siguiendo el antiguo camino.

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Cuando en el año 1897 finalmente la Vila de Gràcia se unió de nuevo a Barcelona, ya tenía casi 62.000 habitantes y era una ciudad muy poblada y activa, pero con una gran falta de equipamientos y servicios. Poco a poco, se fueron construyendo calles que conectaban el barrio interna y externamente, y equipamientos como los mercados de la Libertad (1893) y el de la Abacería Central (1892). La urbanización, a menudo la hacían de manera autónoma los propietarios de los terrenos, hecho que explica los cambios de nombre y la discontinuidad física de algunos calles, así como las numerosas plazas, normalmente una en cada propiedad.

Actualmente, el barrio tiene una población censada de 50.670 habitantes y ocupa una superficie de casi 133 hectáreas, por lo que ponte tus mejores zapatillas para comenzar la búsqueda de piso! Pero como todos sabemos que toda búsqueda tiene una parada técnica, a continuación no te proponemos una, ni dos, ni tres, sino seis vermuterías que, quedas avisado, guardarás en tu mapa de favoritos y visitarás cada domingo, vivas en Gràcia o no.

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¡Nos vamos de vermuterías por el barrio de Gràcia!

El Quimet es uno de los bodegones emblemáticos de Gràcia, uno de los pocos que resistieron el impacto del auge de las tabernas en la zona. Y eso es algo que celebramos. Tomar un vermut o una cerveza en lugares con encanto debería ser casi una asignatura obligatoria cada semana. ¿Sí o sí?

El Quimet ha sabido preservar la esencia de sus inicios, aunque ahora ha evolucionado más allá de ser simplemente un bodegón para convertirse en un bar acogedor donde disfrutar exquisitos embutidos, quesos y platos como el pulpo con patatas o la ensalada casera, entre otros. Además, se atreven con platos más elaborados, como las carrilleras, unos huevos revueltos o un delicioso pulpo a la brasa. Todo ello maridado siempre con una copa de vino, un vermut, una caña o una elegante copa de cava, que eleva la experiencia a otro nivel.

La Bodega Neus es un establecimiento con una rica historia, como lo evidencia su lema "Despachando desde 1917". Ubicada en Benet Mercadé, un callejón de Gràcia nombrado en honor al pintor nazareno, este lugar solía ser un atajo frecuentado por comerciantes que iban y venían del mercado de la Libertad, deteniéndose para hacer un bocado.

En el pasado, la familia Fonollosa, propietaria de la bodega, vendía vinos a granel, almacenados en las tradicionales barricas que aún lucen en el altillo del local. Como era costumbre en las fondas de la época, el Celler Neus tenía su plato estrella, el capipota, y los propietarios actuales, los chicos de La Vermu, se han esforzado por mantenerlo como plato emblema del lugar.

Esta devoción por preservar la tradición se refleja en todo. El vino se sirve directamente de la barrica y si pides vermut, viene acompañado de tapas clásicas como bacalao con samfaina o la emblemática bomba catalana.

La Vermuteria del Tano es un auténtico bar de barrio que desde su fundación como un modesto bodegón en 1927, se ha convertido en una institución venerada en Gràcia. Desde finales de los noventa, Tano ha mantenido intacta la esencia de este establecimiento y ha conservado su autenticidad y encanto.

Sirve el vermut de la reconocida marca Perucchi, y antiguamente, este vermut también se vendía a granel. También se ofrecen conservas de primera calidad, que van desde las clásicas banderillas de olivas y anchoas hasta boquerones, berberechos, mejillones, sepia y alcachofas.

El ambiente del local es único, con su decoración de mármol, puerta de hierro y una atmósfera que oscila entre lo que es hipnótico y lo que es eufórico, no sé si me entiendes. Visitar La Vermuteria del Tano es una experiencia que deja huella, y es muy probable que te sientas tentado a volver una y otra vez…

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Can Ros es uno de esos bares de toda la vida donde puedes disfrutar desde un reconfortante desayuno de tenedor, hasta tomar tranquilamente un café mientras hojeas el periódico o revitalizarte con su clásico e inusual bocadillo de albóndigas. También puedes probar la mítica tortilla de alcachofa, una delicia que recordarás para siempre.

La versatilidad de Can Ros es su sello distintivo; puedes visitarlo en cualquier momento del día y siempre encontrarás algo delicioso para satisfacer tu hambre.

Cal Pep es una taberna que ha resistido el paso del tiempo y está ubicada en la calle Verdi, uno de esos lugares en la ciudad que revelan auténticas joyas a medida que avanzas hacia arriba o hacia abajo. Justo antes de llegar a la Travessera de Dalt, te toparás con el cartel del nombre que revela la identidad de su antiguo dueño. Este caballero con boina y bigote regentó la taberna durante 49 años, desde 1937 hasta 1986, sirviendo únicamente vino, agua y hielo. Hoy en día, Rafael Ortiz es el encargado del lugar desde hace 4 años.

Por las mañanas, la taberna se llena de gente del barrio y oficinistas, que disfrutan de bocadillos, lacón, tortillas, y el tradicional vermut de la casa, siempre acompañados de aceitunas de Antequera, cacahuetes y mezcla o lupines, cortesía de la casa. Parece que el tiempo se ha detenido en Cal Pep, proporcionando una atmósfera nostálgica y acogedora que invita a quedarse un rato más.

Can Codina es un bar fundado en 1931 que ha sobrevivido bajo una república, una guerra civil, una dictadura y la democracia actual. Durante todo este lapso de tiempo, el bar ha sabido mantenerse en pie hasta convertirse en un lugar mítico del barrio de Gràcia donde se han reunido políticos y movimientos obreros, futbolistas del F.C. Barcelona, artistas y pioneros de la rumba catalana como El Pescadilla, Peret o Gato Pérez.

Estéticamente, el local conserva la misma ornamentación y distribución que imaginó el señor Codina en 1931. Desde entonces, tres generaciones de la familia han regentado el bar sin hacer más cambios que los estrictamente necesarios. No fue hasta hace pocos años, que el último Codina traspasó el negocio a alguien que se comprometiera a mantener su esencia y espíritu. Afortunadamente, un cliente habitual ahora regenta el negocio y lo ha adaptado a los tiempos actuales pero respetando al máximo la distribución y estética del local, además de los platos clásicos, como el cap-i-pota o los pies de cerdo. Historia, comida sabrosa y cervezas artesanales en un mismo paquete.

Ahora ya sabes por qué el barrio de Gràcia es uno de los más especiales y deseados en Barcelona. Te invitamos a que sigas conectado con nosotros para estar al día de las últimas novedades sobre nuestros hermosos hogares, y todo lo que se cuece en los barrios más encantadores de Barcelona donde se encuentran estos tesoros. Suscríbete a nuestra newsletter mensual y ¡no te pierdas nada!

David Torres, agente inmobiliario Monapart Barcelona

David Torres

Agente inmobiliario

Barcelona