Sector Inmobiliario
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¿Comprar casa o no comprar? Qué hacer cuando un "amigo" te pide consejo (Parte I)

Te habrá pasado alguna vez: Ves el nombre de un viejo amigo en la llamada entrante y piensas que te llama para saber de ti, lo cual te alegra, pero tu júbilo se desvanece pasados los prolegómenos habituales, cuando tu “amigo” te dice:

“Oye, aparte de saber cómo estás, te llamaba porque estoy a punto de comprar un piso y, antes de tomar la decisión final, quisiera tener tu opinión como arquitecto…”.

Este no es lugar para reflexionar sobre la amistad. Estamos entre arquitectos y lo que queremos es ayudarnos a salir lo más airosamente posible de la situación. Por tanto, cuando un amigo te pida asesoramiento en la compra de un piso:

1. Delimita bien tu consejo: pregunta explícitamente sobre qué temas deberás opinar para que puedas valorar si forman o no parte de tu ámbito de expertise: precio de compra, coste de una eventual reforma, estado de conservación del edificio y/o de la vivienda, diseño e interiorismo, etc. Recuerda a tu amigo que, en todo caso, vas a emitir una opinión técnica/profesional que puede diferir de tu opinión personal como amigo.

2. Opina sobre aquello que dominas o, dicho de otro modo, no te mojes en los temas que no conoces en profundidad. Si eres tasador, podrás opinar con solvencia sobre si tu amigo está comprando a precio de mercado o está pagando las ganas (que es una opción legítima si el piso le flipa). Si eres especialista en reformar viviendas, puedes dar el orden de magnitud de una eventual reforma sin tomar una sola medida. Pero si lo tuyo es proyectar, diseñar equipamientos o el urbanismo, ten cuidado con opinar sobre cosas tan serias como el precio de compra y/o de reforma porque puedes pillarte los dedos y perder un “amigo”.

Siempre es mejor, o más prudente, invitar a otros profesionales especialistas al proyecto que querer capturar todo el valor. Y hablando de valor...

3. Valora tu trabajo.

  • Ayudar gratis sale caro: puedes hacerlo, y seguramente esto es lo que espera tu “amigo”, pero hazlo sabiendo que a esta consulta inocente le vas a dedicar como mínimo un par de horas entre desplazamiento y visita. En ese tiempo podrías haber realizado otro trabajo remunerado, por lo cual deberás agregar al cómputo otras dos horas de “coste de oportunidad”. Además, durante la visita, puede que surjan algunos temas que tengas que mirar con calma cuando llegues al estudio y, luego, escribir un email con las conclusiones. Por tanto, como mínimo cuenta que habrás dedicado entre 4 y 6 horas. ¡Muy "amigo" tienes que ser para regalar tanto!
  • Ofrece “precio de amigo”, es decir, anuncia a tu amigo que le cobrarás por la consulta en base a tus honorarios profesionales habituales pero con un descuento X en virtud de la amistad que os une. Aquí empezarás a ver cuán importante es para él tu opinión y quizás te lleves una sorpresa.
  • Cobra lo que toca. Se trata de agradecer al amigo su confianza y esmerarse al máximo para no defraudar sus expectativas. Es la música de violines que suena cuando la amistad se traduce en compromiso recíproco. 
  • Presupuesta un “extra” de amistad. Lo decimos muy en serio. Trabajar para un amigo es muy peligroso, porque podrá llamarte un domingo al mediodía mientras estás tomándote tu merecido vermut para preguntarte sobre algo que no entendió bien… en fin, que lo tengas en cuenta y que sepas que existe esta posibilidad.

Siempre es mejor, o más prudente, invitar a otros profesionales especialistas al proyecto que querer capturar todo el valor.

4. Recomienda un colega a tu “amigo”. Es la mejor opción cuando valoras la amistad de la persona que te pide consejo, sobre todo si aquello que te pide está fuera de tu ámbito de experticia profesional. Una buena recomendación tiene siempre muchas más posibilidades de acabar bien, con lo cual ganarás el agradecimiento de tu “amigo” y, por supuesto, el de tu colega, que podrá facturar lo que toca por el servicio e, incluso, liquidarte una pequeña comisión por la prescripción o regalarte un jamón por Navidad. 

Eduard Solé - socio fundador Monapart

Eduard Solé

Socio y Director de operaciones

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