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Fue culpa del destino

Serendipia. Dícese de un descubrimiento o hallazgo afortunado e inesperado que se produce de manera casual o por “cosas del destino”. Pues eso es lo que ha pasado con esta casa y con esta pareja de techo en Monapart Madrid. Trío, más bien.

Maru y Paz se conocieron hace unos meses, en verano, a través de una amiga común. Extrañamente, conectaron a los dos minutos de conversación. Eso sorprendió a ambas, y se fueron de aquel encuentro con las buenas vibraciones que te deja conocer a una gran persona, en medio de un mal día, de esos en los que todo es gris oscuro y piensas que el ser humano tiene que ser reseteado.

Parejas de techo en Madrid

En fin… que Manolo, esa belleza de ojos negros, parece ser que también lo notó. Y aguardó sin más a que algo (bueno) ocurriera. Un tipo listo, porque ocurrió. Y es que apenas unos meses después la #viviendabonita de Maru tenía que cambiar de manos. Ella iniciaba una gran aventura en Londres y tenía que encontrar, fuera como fuera, a alguien que cuidara de su casa con el mismo cariño que ella. Et voilá. Apareció aquella tipa amable, remanso de paz, que conoció meses atrás, buscando un espacio tranquilo donde comenzar un nuevo y bonito proyecto en Madrid. A los dos minutos de entrar, por pura deformación profesional (su larga trayectoria como decoradora de interiores la delató), Paz ya tenía en mente cómo hacer suyos los espacios.

Le encantó la luz del piso, las vistas de Madrid desde la galería de la fachada y el silencio que hay en la casa. Manolo, después de haber olisqueado el barrio y romper varios corazones, se quedó clavado en la cristalera del salón. Creo que ahí sigue…

Y allí mismo se decidió que serían Paz y Manolo los encargados de coger el testigo. Manolo, lógicamente, estuvo de acuerdo en ser todo un monaparter. Por nuestra parte, ¡no se hable más!

Nieves Archilla, Monapart Madrid

Nieves Archilla

Asesora inmobiliaria

Madrid