Nueces de lavado
Te explicamos su origen y cómo se pueden utilizar en una sociedad tan industrializada como la nuestra.
Quizás no hayas oído hablar nunca de ellas, pero las nueces de lavado no son una novedad ni el timo de la estampita, y en lugares como India o Nepal se llevan usando desde hace siglos como detergente.
Las nueces de lavado son las frutas de un árbol, Sapindus Mukorossi o «árbol de jabón», que crece en una amplia zona de Asia central. Este árbol, que alcanza alturas de quince metros y en marzo/abril se cubre de flores blancas, produce unas nueces que se recogen en septiembre/octubre, cuando cobran un bonito color dorado. Se secan, se pelan, se separan las cáscaras y se embalan en bolsitas de tela. Estas cáscaras contienen una sustancia muy apreciada, la «saponina», con unas propiedades detergentes excelentes, ya que al disolverse en contacto con el agua funciona como un jabón natural.
Estos peculiares frutos tienen múltiples aplicaciones. Para lavar la ropa en la lavadora bastan cinco o seis mitades de cáscaras en un saquito de algodón o en un calcetín colocado directamente dentro del tambor, útiles para 2 ó 3 lavados en agua fría / 1 ó 2 lavados en agua caliente. No es preciso usar suavizante y además cuida los colores (¡estas nueces se usan en India y Nepal para lavar sus delicadas lanas y sedas!) y la ropa saldrá sin perfume así que, si queremos, podemos añadir también unas gotas de aceite esencial al agua del lavado.
Si queremos obtener un jabón concentrado, bastará con hervir veinte o treinta cáscaras nuevas por cada litro de agua; a los cinco minutos de ebullición, se apaga el fuego y se deja enfriar. Podemos hacer lo mismo con las cáscaras ya usadas en la lavadora (la cáscara queda seca y oscura), pero en este caso herviremos sólo medio litro de agua.
Este jabón suave se puede usar como champú para las mascotas (es un repelente natural de parásitos) y como producto de limpieza, pues la saponina purifica y desinfecta sin contener los ingredientes agresivos de los detergentes tradicionales, haciendo que su uso sea especialmente indicado para personas con alergias o enfermedades de la piel así como para los bebés. También se usa para limpiar la vajilla, el suelo, los cristales… Incluso rociando las plantas con él lucharemos contra plagas y enfermedades.
Es un producto 100% natural, respetuoso con el medio ambiente, muy eficaz y económico. Una bolsa de nueces de un kilo es suficiente para cien lavados a máquina o seis meses de lavado para una familia de tres personas, y su coste medio, entre todas las opciones que podemos encontrar en el mercado, oscila los 14€.
Parece increíble que por este lado del mundo nos hayamos enterado tan tarde de la existencia de estas nueces estupendas, cuando nuestros ríos y mares ya están hechos un asco. Económico, natural, libre de químicos abrasivos y respetuoso con la piel y con el medioambiente, ¿qué más quieres?
