Leila Méndez, disparos contados e inspiración sin límites
Si te gusta la fotografía que huele a vida, te va a gustar seguir de cerca a Leila Méndez. De Buenos Aires a Barcelona, esta fotógrafa convierte imágenes en historias. Celebramos también la reciente publicación de su primer libro: Disparos contados.

Nacida en Buenos Aires y afincada en Barcelona, la fotógrafa Leila Méndez empezó retratando músicos y de ahí saltó al mundo editorial y la publicidad, cultivando una sólida trayectoria que combina con la docencia, el comisariado y la realización audiovisual. Ha retratado a personalidades para medios como The Guardian o El País Semanal, y su obra se ha expuesto en Les Rencontres d’Arles. El arte de Leila no busca producir imágenes correctas, sino narrar: descubrir el tono de una persona, el tempo de un lugar, la emoción de una escena. Sus proyectos hablan de oficio y de curiosidad bien entrenada.
Háblanos de ti y de tu trabajo. ¿Dónde nació tu vocación? ¿Algún primer recuerdo?
Soy Leila Méndez, fotógrafa nacida en Buenos Aires. Crecí rodeada de creatividad, pero fue la música la que me empujó a coger una cámara por primera vez. Empecé retratando músicos, como una forma de acercarme al universo que más me fascinaba en ese momento. De ahí pasé al mundo editorial, luego a la publicidad, y desde entonces he seguido orbitando siempre alrededor de la fotografía.
¿Qué es lo que más te satisface de tu trabajo? ¿Alguno del que te sientas especialmente orgullosa?
Lo que más disfruto de mi trabajo es la experiencia en sí: estar ahí, compartir tiempo con otras personas, construir algo juntas. Conocer gente talentosa, con voz propia, de la que siempre aprendo algo, es lo que más me nutre. Y siempre aparece el impulso de traducir lo que estoy viviendo a través de la cámara, como si la imagen fuera la forma más natural de procesarlo.
Estoy especialmente orgullosa del que está a punto de salir en septiembre: por primera vez, tiene que ver con expresarme en palabras en lugar de imágenes.


¿Cómo es tu proceso creativo? ¿Cuáles son tus fuentes de inspiración? ¿Alguna música en especial mientras trabajas?
Si se trata de un encargo, lo primero que hago tras recibir el brief es traducir visualmente en un documento donde intento condensar atmósfera, luz, casting, acting… todo aquello que define el espíritu de la imagen. Me apoyo en referentes que despierten algo: películas, ilustraciones, fotos encontradas.
A partir de ahí, formo un equipo que conecte con ese mood y, ya en el set, busco que el disparo ocurra en un clima responsable y relajado, pero donde también hay espacio para la diversión y lo inesperado.
Cuando empecé como fotógrafa, mi mayor fuente de inspiración eran las revistas, aunque desde siempre mi gran referente ha sido el cine. La música, en cambio, es constante: está presente durante todo el proceso creativo. No puedo trabajar sin ella.
“Cada proyecto tiene su propia banda sonora, y a veces es lo primero que aparece, incluso antes que la imagen.”

Color, libro, peli y disco favoritos. ¡Por este orden! ;D

¿Es tu casa reflejo de quién eres? Cuéntanos a qué huele, tu rincón favorito, tu objeto decorativo o mueble fetiche, si atesoras alguna colección… Y si tienes mascota, ¡preséntanosla!
Siempre. Diría que es inevitable. Mis armarios huelen a jabón Di Santa Maria Novella (Sapone alla Mandorla). Mi rincón favorito es la terraza. Si pudiera viviría entregada en cuerpo y alma a las plantas. La lámpara Parentesi (Achille Castiglioni y Pio Manzù) es uno de mis objetos fetiche. Fue un regalo de mi amiga Anna y desde entonces me acompaña allá donde viva. Mis libros de fotografía son mi tesoro… y también mi perdición (aunque solo los maldigo en las mudanzas). Y en cada viaje, siempre cae alguna figurita de cerámica. Algunas son realmente freaks, pero no me puedo resistir.





Si pudieras comprarte cualquier cosa ahora mismo y llevártela a casa, ¿cuál sería? ¡Cualquier cosa!
Me traería una foto de Martin Parr: una panorámica icónica que disparó desde dentro de un frankfurt lleno de gente en New Brighton. No me canso de mirarla. Tiene humor, caos, belleza… todo en una sola toma.
Un planazo en casa siempre incluye…
Siempre todos en la cocina. Y música.
¿Tienes algún plato estrella?
¿Vale un rico Pisco Sour?
¿Cuál es tu lugar favorito en tu ciudad? ¿Y en el extranjero?
Mi lugar favorito está justo enfrente de casa: el Turó Parc. Bajo casi cada día a hacer llamadas, aunque terminan ganando los gritos de las cotorras. En el extranjero, las Islas Galápagos. Para mí, el lugar más extraordinario del mundo. Allí los animales van por libre, y los humanos somos apenas invitados. No hay miedo, solo curiosidad. Es como si la naturaleza nos diera otra oportunidad.

Algo que nos quieras contar y que no te hayamos preguntado. ¡Habla ahora o calla para siempre!
Acabo de escribir un libro, Disparos Contados, donde reflexiono sobre el acto físico de fotografiar. La editorial Anagrama me encargó un ensayo sobre fotografía, y fue un regalo poder hacer algo distinto a lo que ya conozco.
Ha sido una lección de humildad y, sobre todo, un descubrimiento: aprender a disfrutar del trabajo en soledad, sin deadlines frenéticos ni ruido alrededor.
