Los productos Falcon ocupan un puesto de honor en las cocinas británicas desde 1920. Son piezas sin pretensiones, sencillas y elegantes, que pasan de unas generaciones a otras llevando consigo el recuerdo de tantas y tantas comilonas familiares.
Por su diseño sencillo y elegante, los productos Falcon pueden usarse tanto en la cocina como para servir la comida en la mesa, además son piezas resistentes y duraderas con una elegancia atemporal.
Fuentes, tazas y vasos;
Boles, coladores y platos, un arsenal de diseño completo para equipar cualquier cocina.
El esmalte, sello distintivo de la marca, es un material duro de pelar, y por eso tiene aplicaciones que requieren ante todo, fiabilidad, como la joyería o las señales de tráfico.
Surge de la fusión de la porcelana con acero de alto calibre, y eso lo hace químicamente resistente, suave, y muy, pero que muy duradero.
Los productos Falcon pueden meterse en el lavaplatos, en el horno a altas temperaturas (hasta 270º C), en fogones de gas y eléctricos, y no se queman ni pierden brillo. Si en un descuido se te cae al suelo, puede desportillarse, pero no se romperá. Además, eso le imprimirá cierto carácter. ¿No crees?
