Un piso reformado con mucho estilo
- 98 m23 habitaciones2 baños
- Centro.Tarragona
Pasteles versus viviendas
Vamos a hablar de pasteles de cumpleaños de fiestas infantiles. Hay padres que no quieren perder tiempo y en el supermercado más cercano, compran uno de Frozen, Monsters, Cars... Un vistoso pastel cuadrado, lo suficientemente grande para todos los niños, muy apetitoso en su dulzor, pese a que haya perdido olor y esté hecho con muchos conservantes y colorantes. Pero qué más da, no hay tiempo y necesito una tarta para ya.
Otros padres, deciden dedicar más tiempo y piensan primero cuál sería el mejor pastel para la fiesta de su hijo. Y cuando lo tienen claro, elaboran una lista de la compra con los ingredientes: azúcar, harina (mejor de espelta de aquella tienda eco del centro), huevos (de los ecológicos, aunque sean unos céntimos más caros), mantequilla... Y ya en casa, lo elaboran. Pesan los ingredientes, los mezclan, montan las claras a punto de nieve... Y al final del proceso, lo hornean y vigilan con cuidado para que la masa quede en su punto justo de cocción y esponjez. ¿El resultado? Un pastel imperfecto, pero que desprende un aroma a infancia como ningún otro.
Hagamos el paralelismo de esta historia con el mundo de la vivienda. Hay un montón de pisos, y muchos son muy parecidos, con acabados estándar, distribuciones similares, perfectos a simple vista, sin complicaciones ni sorpresas aparentes. Pero luego están esas viviendas como el pastel hecho en casa, pensadas, diferentes, únicas... ¿Quieres ver una? Pues scrolea y mira las fotos de aquí abajo...
Tú monaparter, ya sabemos con qué te quedarías.