Barri Vell de Girona: Art contra la gentrificació

Arte, memoria y el mercado inmobiliario del Barrio Viejo.

Cases de l'Onyar Girona | Monapart
Las casas de l’Onyar en Girona

Hacía tiempo que no me topaba con la mirada llena de vida de Jordi Mitjà, un artista al que conozco desde hace años y con quien compartí experiencias en un centro de creación artística de Barcelona; él era un joven creador y yo trabajaba como técnica de vídeo y compartíamos conversaciones y risas. Jordi ya caminaba entonces acompañado de un universo de personajes con los que tejía relatos a menudo vinculados al Empordà.

La vida, con sus caminos bifurcados, nos alejó, pero nuestras trayectorias se han vuelto a cruzar en Girona, donde la sensibilidad de Jordi por las historias del territorio y sus transformaciones ha tomado una forma nueva y cautivadora.

La historia del Barrio Viejo de Girona y su transformación inmobiliaria

Caminando por los callejones del Barrio Viejo, con sus piedras cargadas de historia y sus fachadas que susurran siglos, la transformación es palpable. Este corazón antiguo de Girona ha experimentado una revalorización notable en los últimos años. Los datos inmobiliarios reflejan este cambio profundamente. Actualmente, el precio medio del metro cuadrado en el Barrio Viejo se sitúa alrededor de los 3.700 €, con un incremento significativo del 5,7% en el último año. Este aumento constante ha convertido la zona en un punto de interés para inversores y compradores que buscan la singularidad de un entorno histórico.

Esta sofisticación creciente, aunque atractiva para el mercado inmobiliario y para inversores que ven en la belleza histórica un activo rentable, tiene un impacto directo en la vida de sus habitantes. Los precios de alquiler también han aumentado considerablemente, haciendo que sea difícil para muchos residentes de larga duración mantenerse en el barrio. Este fenómeno de gentrificación no solo afecta la accesibilidad a la vivienda, sino que también transforma la dinámica comunitaria y la composición social del vecindario. El Barrio Viejo, que antes era un refugio de artistas y artesanos con alquileres asequibles, ahora ve cómo la diversidad social disminuye a medida que los precios continúan subiendo.

«El corazón antiguo de Girona ha experimentado una revalorización notable en los últimos años. Los datos inmobiliarios reflejan este cambio profundamente

En cuanto a la calle dels Torrats en particular, su transformación es evidente. La calle, que antes era conocida por ser un centro de experimentación artística y vida vecinal, ahora también se ha convertido en un punto de interés turístico y comercial. Esta transformación ha llevado a un aumento de los precios de las propiedades y a una sustitución gradual de los negocios locales por tiendas orientadas al turismo. A pesar de estos cambios, el mural de la calle dels Torrats continúa siendo un testimonio de la historia y la identidad del barrio, un recordatorio de que el Barrio Viejo es mucho más que solo metros cuadrados y precios crecientes.

La exposición “Infralocus” y la crítica a la gentrificación

La exposición «Infralocus», comisariada por Eudald Camps y Jordi Mitjà, se adentra precisamente en esta cuestión. Con una mirada crítica, explora los efectos de la gentrificación que comenzó a dibujarse en los años 80. Cómo la llegada de nuevos vecinos, a menudo con un poder adquisitivo más elevado, y el constante goteo de turistas han ido modificando el espacio cultural y social de un Barrio Viejo que antes era refugio de artistas, artesanos y una cuna de creatividad independiente, donde los alquileres asequibles permitían la subsistencia de proyectos alternativos y la convivencia de una diversidad social más amplia.

Esta dinámica no solo eleva los precios de las viviendas, haciéndolos inaccesibles para muchos antiguos residentes con raíces profundas en el barrio, sino que también transforma el tejido comercial, sustituyendo tiendas de proximidad con carácter e historia por negocios orientados al turismo masivo.

“Paseando por el Barrio Viejo de Girona, una explosión de color nos recuerda que las piedras viejas tienen memoria y que el arte puede ser la voz de todo un vecindario. Un mural en la calle dels Torrats narra la historia de este barrio y su lucha contra la gentrificación.”

Recientemente me entrevistaron en el programa 30 Minuts de TV3, dentro del reportaje Expats, para hablar sobre la gentrificación y los efectos que tiene la llegada masiva de profesionales internacionales con alto poder adquisitivo. Este fenómeno, cada vez más visible en Cataluña, tiene un impacto directo en el mercado inmobiliario y en el local y la pérdida de diversidad social son consecuencias de una dinámica global que encuentra resistencia —y memoria— en expresiones artísticas como el mural de la calle Torrats.

El mural de la calle dels Torrats: Un símbolo de resistencia

Es en medio de estos cambios donde el mural de El Foll en la calle dels Torrats toma una dimensión especial. No es solo una pintura en la pared; es una cicatriz de color que recuerda un pasado vibrante, una voz que se alza contra el olvido y la uniformización que a menudo acompaña la revalorización inmobiliaria.

mural de El Foll en la calle dels Torrats | Monapart
mural de El Foll en la calle dels Torrats | Monapart
Pep Admetlla y Jordi Amagat durante la renovación del mural El Foll, Girona

Su restauración, a cargo de los artistas Pep Admetlla y Jordi Amagat dentro del contexto de la exposición «Infralocus», es un acto de memoria colectiva, una manera de mantener vivo el espíritu de un barrio que lucha por no perder su esencia ante la presión del mercado. La calle dels Torrats, que antes era un escenario de experimentación artística, hoy se ha convertido en un punto de interés turístico y comercial más. Pero la recuperación de este mural nos susurra que Girona no quiere renunciar a sus raíces creativas. En medio de las dinámicas urbanas y económicas, hay un espíritu alternativo que se resiste a desaparecer, un grito de color que recuerda a los nuevos y antiguos habitantes que la vida de un barrio no se mide solo en euros por metro cuadrado.

Este mural es más que pigmentos y formas; es un testimonio de la vida de un barrio, de sus transformaciones, de sus pérdidas y de sus resistencias. Es una conversación silenciosa entre las generaciones, un recordatorio de que la historia de un lugar no solo se lee en sus monumentos, sino también en las expresiones artísticas que brotan de sus paredes, en las historias de sus vecinos y en la manera en que estos se relacionan con el espacio que habitan.

carrer dels Torrats | Monapart

Al pasear por la calle dels Torrats, sentimos que el alma del Barrio Viejo, a pesar de los cambios en su mercado inmobiliario, continúa viva, hablándonos a través del arte, ofreciendo una perspectiva diferente sobre el valor de un barrio, un valor que trasciende lo puramente económico. Es una invitación a mirar más allá de la fachada revalorizada y a escuchar las historias que las piedras y los murales todavía tienen para explicar sobre la vida real de un barrio en constante transformación.

Escrit per Glòria Martí
Agent i Personal Shopper Immobilària a Girona
glòria.marti@monapart.com
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