Una rara avis se puede encontrar incluso en rincones insospechados de la ciudad: igual que en medio de una trama urbana densa y compacta encontramos este rincón especial, donde el espacio exterior y la luz son protagonistas.

El padre de Albert, que se hizo la casa a conciencia y huyendo de los clichés del momento, tomó una decisión sencilla pero determinante: dejar el patio delante para aprovechar la buena orientación, así los chicos también tendrían el lugar perfecto para jugar. Su madre se encargaría de mimar la buganvilla para que hoy luciera así de vistosa ... en el centro de Roses hicieron un rincón acogedor y lleno de aquella luz especial que sólo encontramos en algunos pueblos de costa mediterráneos, fruto del reflejo del sol en las paredes blancas y bajo el cielo azul.

Pocas veces tendremos la ocasión de vivir en espacios interesantes como éste, donde se valora tanto el interior como el exterior. Cuando uno encuentra una rara avis vale la pena detenerse y contemplarla. Seguro que se merece un tratamiento diferente del resto: si la miramos con cuidado seguramente elegiremos conservarla, protegerla y disfrutarla.