Sector Inmobiliario
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Hablar del precio de los pisos en la barra de un bar

Hablar del precio de los pisos en la barra de un bar

Recuerdo allá por el 2005 en Alicante, cuando era habitual en cualquier conversación en la barra de un bar, oír lo increíble de aquella operación de compra-venta o “pase” en la que un fulano había comprado un piso por x y al cabo de pocos días lo había vendido por bastante más que x. Y es que en aquellos días, si habías vendido algo relacionado con el ladrillo, más valía que lo hubieras hecho pegando un auténtico pelotazo, porque si no, no te quedaba más remedio que guardarte la noticia para ti mismo y tragarte el sapo a no ser que quisieras correr el riesgo de resultar un “pringao”.

Eran días de “una ronda para todos”, el parque inmobiliario no paraba de crecer y vender pisos era un juego de niños. Nadie sabía que era la prima de riesgo, ¡ni falta que nos hacía! Pero esos tiempos quedaron atrás y descubrimos que el Banco Central no era la sucursal más cercana al ayuntamiento, que los hombres de negro que nos iban a rescatar no nos librarían de invasiones alienígenas, y que el gobierno no tenía una máquina de fabricar billetes tal y como imaginábamos viendo cómo actuaba.

burbuja inmobiliaria

Llegó la crisis económica y a los bares íbamos a ahogar nuestras penas. El discurso triunfal dio paso al “conozco a alguien que ha comprado una auténtica ganga...”, seguido de las desgracias de aquél que vio cómo se depreciaba su casa hasta límites insospechados, cómo embargaban al vecino que perdió su trabajo, cómo los bancos y cajas no querían oír la palabra préstamo hipotecario... Y mirarnos asombrados preguntándonos cómo habíamos llegado a meternos en ese agujero. Comprar un piso debía ir acompañado de la sensación de triunfo al haber comprado ya no sólo bien sino súper bien. Y si te habías hecho con un chollo de banco proveniente de un embargo, mejor que mejor.

¿Y cómo estamos ahora? Ahora parece que asoman tiempos de cambio, de tendencias positivas ascendentes, de recuperación de la economía y por lo tanto del sector inmobiliario. La alegría ha vuelto a los bares en Alicante porque aquellos que negaban el crédito vuelven a ponerse facilones forzados por políticas de estímulos, porque la palabra ajuste o recorte chirría en campaña pre-electoral, porque ya no se puede estar peor, porque la economía es cíclica y toca recuperación… O quizás es una mezcla de todo esto.

Ahora parece que asoman tiempos de cambio, de tendencias positivas ascendentes, de recuperación de la economía y por lo tanto del sector inmobiliario.

Es evidente que estadísticamente el mercado inmobiliario está despertando, pues las ventas han aumentado suavemente pero con paso firme en este último año y se divisa la luz al final del túnel.

Ver la luz al final de túnel

Fruto de este nuevo escenario, empieza a oírse en los bares un runrún cenizo que amenaza esta alegría temprana, aunque puede ser una gran oportunidad para quién lo sepa interpretar correctamente: “Los precios no sólo han dejado de bajar sino que están subiendo”. ¿¡Cómo!? Qué mala memoria tenemos señores. De los directores de “O bajo el precio hasta donde el mercado me indique o no podré vender” a los directores de “Voy a subir el precio de mi casa (que seguramente estaba sobrevalorada y por eso no se vendía) porque dicen que los precios están subiendo”. Y de carajillo en carajillo tiro porque me toca.

Como antídoto a este mareo, la próxima vez que vayas al bar y oigas estos discursos pseudoinmobiliarios, ten claro:

1. Los precios han empezado a estabilizarse en algunas ciudades de España, entre ellas Alicante ciudad en zonas centro y playas, y han empezado a subir muy levemente (un 3-5%) en zonas premium de ciudades como Barcelona, Madrid y Bilbao. Pero ojo, esto no significa que un piso fuera de precio de mercado pase de la noche a la mañana a estar en su justo precio o incluso por debajo. Los pisos caros seguirán sin venderse si no corrigen su precio, y lo que sí harán es servir de palanca para que se vendan los que tienen un precio ajustado a la demanda.

2. Ha vuelto cierta alegría y la gente se está animando a comprar. Algunos porque no quieren que se les escape “el último chollo”, otros porque “para tener el dinero muerto de asco en un banco…”, y otros por la apertura de los créditos. Pero de nuevo, cuidado con pensar que la demanda se ha vuelto loca y que la gente va a acudir en masa a las inmobiliarias en busca de pisos al precio que sea. La gente está animada a empezar a buscar, ¡que no es poco! Y será, como siempre, el mercado el que se encargará de ajustar oferta y demanda.

Comprar a lo loco

3. Es en este equilibrio donde hay que instalarse para saber propiciar precios congruentes al momento que satisfagan las pretensiones de futuros compradores y vendedores. Para ello, es hora de afinar bien lápiz y calculadora, de conocer el sector más que nunca, de interpretar bien los deseos del comprador y las necesidades del vendedor.

4. Si subes el precio de tu vivienda de forma desproporcionada en los próximos meses-años harás que no se venda.

Haz caso a tu agente inmobiliario, pues si sabe lo que se hace (¿Cómo debería ser el agente inmobiliario perfecto?), te ayudará a vender tu piso pronto y al mejor precio posible acorde con el momento presente y evitará que cometas estos cinco errores por los que no se vende tu piso. Si quieres una valoración gratuita de tu vivienda, sin compromiso, argumentada y sin generarte falsas expectativas, solicítala gratis aquí.

En resumen: Alicante, sobre todo las zonas centro y playas, está estabilizando el precio de los pisos, pero todavía es pronto para hablar de una subida de los mismos. Esta estabilización, junto con la recuperación de cierto optimismo y confianza en la población, propiciará que la bajada de precios de estos últimos años llegue a su fin, y a medio plazo, oferta y demanda se sintonizaran como corresponde. Y por favor, no caigamos en los mismos errores e interpretemos esta alegría como la vuelta a la “barra libre para todos”. Seamos prudentes, informémonos, asesorémonos por un buen profesional y... un carajillo y para casa.