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El legado de AICX

Si como afirmaba Paul Virilio, cada artefacto contiene su propio accidente ‒el barco inaugura el naufragio; el tren el descarrilamiento‒ había un manera en que AICX podría haber salido mal. 

Quien juega con material sensible ‒talla un diamante, cocina un pez globo, interpreta a Bach‒ sabe el riesgo que corre. Qué difícil es ocupar el lugar de otro, ¿verdad? ¡Pobre Roger Moore! ¿Cómo ser un James Bond creíble después del legado de Sean Connery? Por eso AICX podría haber salido mal…

Pero fue una maravilla.

Ernest SolerJordi Pol y Pere Maymi, con el apoyo de Luis Iglesias, Begoña y Andreu ‒nos regalaron un día emotivo y luminoso, contenido, libre, auténtico, precioso. Gracias infinitas.

Orquestaron de forma magnífica y despojada de todo artificio, una despedida durísima y acto seguido, a pecho descubierto, sonreír agradecidos a la vida. Consiguieron cerrar una puerta y acto seguido abrir otra, que llevaba a un sentimiento que todavía perdura (estoy segura), en todas y cada una de las personas que estuvimos allí. Y todo lo hicieron con enorme talento, cariño, respeto y mucha valentía.

Nos llevamos cuatro cosas. Quizás alguna más:

Nos llevamos una despedida bonita, justa, debida y perfectamente medida en su emotividad a nuestro compañero Sergi Verge.

Nos llevamos la comprobación de un formato de evento absolutamente killer. Ernest, Jordi, Pere nos han demostrado que la combinación de charlas motivacionales, historias de inmobiliarios, snacks, entrevistas a empresarios locales de toda procedencia, cena y baile son una combinación virtuosa cuando está en manos de gente inteligente y sensible. Es, por tanto, un evento replicable y exportable.

Nos llevamos la consolidación de nuevas voces capaces de continuar liderando y dinamizando un discurso sectorial cañero e interesante. Jordi y Pere son artífices de “El Legado” y ‒lo sepan o no, lo quieran o no‒ son parte del legado mismo.

Por último, creo que nos llevamos los primeros síntomas de un cambio de valores en nuestro sector. Fueron varias las presentaciones (incluyo la mía), de personas de distintas edades y localizaciones en las que se habló de propósito, afecto, búsqueda de la felicidad, plenitud, colaboración… riqueza mucho más allá de la entendida en términos económicos. También en conversaciones con compañeras y compañeros que me hablaron de “cierres de ciclo”, de necesidad de renovación, de propósitos renovados. Si el río suena, agua lleva.

No sé si ya lo sabíamos al empezar, pero el legado era esto: un grupo de personas, inmobiliarios y no, unidos por el afecto y la admiración; un formato comunicativo poderoso; unos herederos de una forma de ser y ver el inmobiliario; y unos valores que parecen anticipar en el mejor de los casos un cambio de paradigma, y en el peor, un sector inmobiliario más bonito.

El futuro es sin Sergi, pero estará lleno de él.

Olga Sala, Socia y Directora de Marketing en Monapart

Olga Sala

Socia y Directora de Marketing

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