Nunca he estado en Nueva York, ni tampoco he vivido en la década de los 60, ni en los 70 siquiera. Pero cuando visité este loft me sobrevino una fuerte sensación de déjà vu.

De repente recordé aquella noche que quedé con Liza Minnelli. –“Te paso a buscar y nos vamos al estudio de Andy, que hay guateque”– me dijo. Al final, acabamos pimplándonos una botella entera de whisky sin movernos de casa, hablando de su último romance fallido. Al día siguiente quedamos para hacer picnic en el parque con Lou Reed, curándonos la resaca con sangría. Recuerdo llegar a casa con la sensación de estar en otra ciudad, pero nada a mi alrededor daba a entender que podría estar en otro sitio que no fuera Nueva York. Ni siquiera la voz de la presentadora del Telenotícies de TV3 que venía del piso de al lado.