Hay tres tipos de personas: los amantes de los musicales, los que dicen ser detractores pero en realidad los disfrutan en silencio, y los verdaderos detractores (quizá porque no han visto aún el musical adecuado). En cualquier caso, todos hemos fantaseado alguna vez con transformar la realidad en una película, incluso puede que hayas escogido ya la banda sonora. En la intimidad del hogar, la vergüenza queda fuera y la realidad se convierte en lo que tú quieres que sea: un musical, un drama, una comedia, un documental… El género es lo de menos, lo importante es que te montes una buena película y que la disfrutes de principio a fin.