La vida sobre el escenario tiene sus cosas buenas: los nervios antes de salir, la adrenalina cuando estás en plena función, o el calor del público. Pero también requiere grandes dosis de energía, y no todo el mundo está dispuesto a entregar el 100% de sí mismo por amor al arte. Sin embargo, la vida entre bambalinas comparte muchos de los aspectos positivos de la farándula, pero desde un discreto segundo plano.

Así es esta vivienda: en uno de los barrios más vibrantes de Barcelona, pero en una tranquila calle apartada de los focos. Ideal para espíritus creativos, pero también para disfrutar de una vida tranquila (si quieres). Al fin y al cabo, quienes están entre bambalinas también reciben los aplausos al final de la función.