Mi mujer siempre quiso tener un piso de soltera, y tal vez porque le pedí que se casara conmigo antes de lo que imaginaba nunca lo llegó a tener. Tener su espacio en perfecto orden, con cada cosa en su mejor sitio y de la mejor manera como sólo algunas mujeres y los hombres con algún tipo de psicopatía saben tener. A veces me dice que, aunque tengamos una vivienda nuestra, en el futuro ella piensa tener aparte una vivienda suya, a la que seré invitado (sé hacer una tortilla a la francesa maravillosa) o no (soy un hombre sano, cerdo y desordenado). Ahora temo que si esta vivienda perfecta no encuentra pronto un inquilino, ella saldrá de casa una mañana temprano y la alquilará con nombre falso. Y yo iré allí día tras día para llamar a su puerta y poder compartir una tarde con ella... Mi Gala en su micro-Púbol, mi Marie Antoinette del barrio popular.

Descubre más cosas sobre este dúplex en este reportaje del programa Connexió Barcelona de BTV emitido en septiembre de 2011.